Rak Razam entrevista a Dennis McKenna

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La entrevista incluye un repaso sobre el panorama del turismo ayahuasquero, las políticas aplicadas a la planta o una revisión de algunos conceptos de la filosofía de Terence McKenna.

RR: Estamos en Perú, en Sudamérica, con el doctor Dennis McKenna, quien se dedica a la exploración del potencial médico que puede ofrecer la jungla y a la práctica con la medicina de la selva, principalmente con la ayahuasca. ¿Qué es lo que te hace volver cada vez?

DM: Hay varias cosas que me mantienen volviendo de forma regular desde que vine por primera vez a Perú, allá por el año 1981, cuando me acababa de graduar y estaba trabajando en mi tesis doctoral. Estaba interesado, como ahora, en la ayahuasca y en el resto de medicinas sagradas. Pero cuando bajé por primera vez supongo que mi prespectiva era más grande. Ahora, treinta años después, lo veo todo desde una prespectiva diferente: inevitablemente me he involucrado con la ayahuasca y he sido testigo de la popularización del fenómeno del turismo ayahuasquero en el norte de los EEUU y otras partes del globo.

Efectivamente, lo que parece estar ocurriendo es que la Amazonía está reuniendo a sus plantas más inteligentes para lanzar un claro mensaje a la humanidad: debemos despertar ante la crisis global que está afectando a la biosfera terrestre, y tiene que ser ya: no podemos ignorarla por más tiempo. Ahora es el momento. Nos quedan unos cinco años, diez si tenemos suerte, antes de que lleguemos al punto álgido de todo esto.

RR: ¿Y qué sucederá durante ese punto álgido?

DM: Supongo que hay varios escenarios posibles, y no creo que necesariamente debamos estar alarmados—ya que esto conduce al pánico y a la parálisis. Lo que parece es que estamos ante la desembocadura de un conjunto de tendencias: por una parte el agotamiento de los recursos petrolíferos; por otra, la acumulación de dióxido de carbono y otros gases invernadero en la atmósfera—sobre todo de metano, que es mucho más destructivo que el dióxido de carbono y que creo que jugará un papel importante en este punto álgido; cuando los truenos del ártico empiecen rugir habrá mucho metano en la atmósfera, y puede que esto acelere este fenómeno de calentamiento global. Supongo que debemos prevenir este escenario reduciendo cualquier emisión de gases invernadero. Uno de los mayores contribudores al proceso de calentamiento es la deforestación de bosques tropicales—sabemos que del 20 al 30 por ciento de las emisiones se deben a estos procesos, consecuencia de políticas insostenibles y pobremente concebidas.

Además, aparte de estar quemando los bosques y emitiendo estos gases, están acabando con una fuente de recursos farmacéuticos de un valor incalculable. Potencialmente trillones de dólares en forma de lo que podríamos llamar “los fármacos del futuro” están ahí, y lo sabemos, pero tiene que haber un esfuerzo sistemático a la hora de revisar, identificar y seleccionar de entre esta diversidad biomolecular de los ecosistemas tropicales lo que podrían ser nuevos medicamentos. Y no necesariamente arrasando los bosques para poder cultivarlas: la cosa no funciona así. El punto que debe hacerse es que la naturaleza ha sido, desde siempre, mejor química que las personas. Así que lo que pienso es que deberíamos mirar hacia los productos naturales como un recurso, tomar las ideas de estos andamiajes químicos y retribuir al bosque con la obligación de preservar todo este conocimiento.

Hay muchas cuestiones alrededor de estos asuntos. La razón por la que se están cortando los bosques es porque las políticas de países como Brasil o Perú permiten que gente del entorno urbano se introduzca en la selva para abastecerse de ella con métodos insostenibles y que en muchos casos no comprenden—porque de hecho sí existen estas metodologías sostenibles. Lo que está emergiendo del registro arqueológico indica que la Amazonía no es un ecosistema salvaje subdesarrollado, sino que ha sido intensamente administrado de forma sostenible por poblaciones humanas durante al menos 30,000 años. Es difícil trabajar con la arqueología de la Amazonía porque claro, nada dura lo suficiente, pero se han encontrado restos de grandes terraplenes, de métodos de apicultura, o en conjunto de lo que llamaríamos métodos de agricultura biodinámica.

Así que llegamos a este punto: el mundo está en crisis en muchos sentidos. Desde mi punto de vista, una persona sola puede hacer poca cosa; pero si todo el mundo aporta con ese poco, entonces puede marcarse una diferencia.

RR: Tú has llevado a cabo una gran cantidad de trabajo científico que ha atraído bastante atención sobre la ayahuasca, y tu hermano Terence fue bastante estratégico en su rol en la contracultura a la hora de popularizar la ayahuasca, la cual no era realmente muy conocida antes de que extendiese a través de sus libros, conferencias y charlas.

DM: Sí, es así. Pero la ayahuasca es tan solo una parte de la solución. Pienso que el valor de estas plantas es que ayudan a la gente a reconectarse con la Mente Gaiana, si la quieres llamar así. Cambian corazones y mentes, cambian la prespectiva de la gente en su relación con la naturaleza.

RR: ¿Piensas que la ayahuasca podría compararse al sistema inmunitario del cuerpo?.

DM: Es una buena analogía, ya que es algo que no solamente cura, sino que también sirve como alarma. Es algo que les está diciendo a los monos que despierten, antes de que acaben jodiendo completamente el ecosistema  hasta el punto en que no pueda repararse. Y pienso que tenemos como unos diez años para esto. En ese tiempo, vamos a tener que ocuparnos de una lista muy amplia de cosas, como por ejemplo la integridad de las culturas indígenas y el respeto ante su conocimiento. No podemos separar a las culturas indígenas del resto del mundo. Así que si vamos a comenzar a mirar a la Amazonía como el laboratorio de diversidad biológica que realmente es. Las gentes que han mantenido este conocimiento sin ninguna compensación durante miles de años van a tener que sentarse también en la mesa cuando discutamos: y los gobiernos no aplican políticas en este sentido, sino que más bien tratan de desalentarlas.

En realidad es una batalla contra el modo de pensar de las corporaciones, el cual vendría a ser “trata de sacar todo lo que puedas lo más rápido que puedas y olvídate de la sostenibilidad, porque a quien le importa si dejamos tras de nosotros montones de basura sio de todas formas vamos a morir”. Por supuesto laprespectiva que deberíamos adoptar es la contraria: me preocupo por mis hijos, y los hijos de mis hijos.

Hay cantidad de otros temas, como los derechos humanos, la explosión de la población, etcétera … vista en conjunto, la situación es realmente desalentadora pero, ¿cual es la alternativa?. ¿Decir que estamos jodidos y dedicarnos a irnos de fiesta y pasarlo bien sin ni siquiera pensar en ello? O decir: vale, es una situación desalentadora, pero veamos qué podemos hacer.

Hace poco ví una película en youtube, titulada “Our World”, en la que decían algo que me impactó bastante: es demasiado tarde para el pesimismo. La situación ya no es sobre pesimismo u optimismo: es más sobre hacer lo que podamos lo antes posible para parar todo esto. Y creo que en este esfuerzo las plantas sagradas son importantes a la hora de despertar a la gente. Pero no basta con que un montón de personas bajen aquí a la Amazonía a tomar ayahuasca: tienes que poner en marcha lo que has aprendido en tu vida, convencer a otra gente, difundir la información.

RR: En 2005 dijiste que quizá la ayahuasca fuese el santo grial de nuestra especie, y que tenías grandes esperanzas depositada en ella. Probablemente sea el enteógeno que más se está extendiendo en el planeta, y a un nivel físico lo que está haciendo es curar a la gente de las aflicciones de occidental, de su desconexión con Gaia. Pero como tú dices no es suficiente. Países como Perú la han declarado “tesoro nacional” y están surgiendo iglesias—así como regulaciones—en todo el mundo. No quisiera llamarlo biopiratería, pero hay cierto movimiento que está haciendo dinero con la ayahuasca y que luego no repercute, no establece un diálogo con las culturas indígenas.

DM: Bueno, yo sí diría que hay cierta clase de biopiratería, pero por otro lado yo no diría que ningún grupo indígena o ningún individuo posea la sabiduría de estas plantas: yo diría que es una herencia de la humanidad. Los indígenas han sido los que han preservado este conocimiento durante miles de años, y esto debe ser reconocido—y de alguna forma compensado, quizá de forma monetaria.

Pienso que el movimiento debe tomar consciencia de sí mismo. Creo que tienes razón, y en muchas ocasiones me he sentido mal por como la ayahuasca se ha vuelto tan comercial; no veo el movimiento de turismo ayahuasquero como algo completamente positivo, y pienso que deberíamos darnos cuenta de esto. Pero al mismo tiempo puedo tomar un punto de vista evolutivo y pensar que esto es una fase que se está llevando a cabo entre la relación coevolutiva entre la humanidad y—a través de estas plantas maestras—la biosfera misma. Quiero decir, la psilocibina es un compuesto conocido durante al menos 60 años. El fenómeno del turismo ayahuasquero tiene como unos 30 años, haciendose popular desde mediados de los 90 hasta ahora. Cuando vine a Iquitos por primera vez el turismo ayahuasquero era mínimo: solo te encontrabas a unos pocos gringos aventureros, pero no existía la actividad comercial que existe hoy en día.

RR: ¿Qué piensas sobre la escena de turismo ayahusquero de sitios como Iquitos o Pucalpo a día de hoy?

DM: Bueno, pienso que tiene aspectos positivos y aspectos negativos. Veo por ejemplo de forma positiva que se generen beneficios para los indígenas, pero a la vez se corre el riesgo de que el misterio se desacralice—coge lo que puedas en cuanto puedas, de nuevo, parece ser un impulso humano básico. Cualquier tipo de misterio, de práctica espiritual, es vulnerable a este tipo de tendencias: al sectarismo, a la idea de crear un culto para tener seguidores. Las instituciones humanas suelen apropiarse del misterio para hacer un producto, un negocio de él.

RR: ¿Piensas que la ayahuasca corre peligro de comercializarse hoy en día, ya no solo en el sentido monetario sino también en el sacramental?

DM: Si, pero la pregunta sería: ¿puede uno cultivar la suficiente ayahuasca como para “salvar al mundo”, para que todo el mundo tenga acceso a este tipo de experiencia?

RR: Esto me recuerda a lo que se estuvo hablando la noche pasada sobre todo este movimiento de la farmahuasca, de los análogos de la ayahuasca: la ayarmahuasca, la ruda siria, etcétera. Durante la charla se me ocurrió que no esto es en verdad Globahuasca …

DM: Si, es Globahuasca, y pienso que es algo bueno. Pienso que de algún modo la ayahuasca es el conocimiento sobre la ayahuasca; que de algún modo la ayahuasca misma está enseñando a la gente que no se tiene necesariamente por qué ir a la Amazonia: las plantas maestras están en todas partes. Descubrelas, aprende a usarlas, enseña a otra gente como usarlas; cultívalas, extiéndelas. Esto es bueno.

RR: ¿Piensas que el esencial, el deva, el espíritu de la planta, se encuentra en la píldora? Quiero decir, escuché hace poco que se ha sintetizado una píldora con los componentes de la ayahuasca. Esto lo cambiaría todo …

DM: Sí, en cierta forma esto lo cambiaría todo, porque es una tecnología que podría desarrollarse sin agotar los recursos naturales. El impedimento que veo es que será otra droga ilegal más, a no ser que se consiga integrar en nuestra cultura. Quiero decir, lo que le falta a nuestra sociedad occidental es una tradición. La razón por la que la gente viene aquí es para redescubrir este conocimiento; vienen para aprender a usar estas cosas conscientemente, como un rito de paso. Nuestra cultura adolece de estos ritos de paso: cualquier cosa significante ha sido succionada. Quiero decir, ¿cual es el rito de paso del adolescente medio de 18 años?

De hecho, la sociedad desalienta cualquier misterio verdadero—porque éste representa una amenaza ante el orden establecido. Es por esto estas drogas han sido suprimidas. Esto no empezó con la guerra contra las drogas: empezó durante la Inquisición Farmacrática. Lo último que quieren las instituciones religiosas es que sus miembros experimenten a Dios de forma directa. Así que de alguna forma estas plantas representan el bioarmamento del otro lado—pero no me gusta el término armamento; de hecho son sustancias curativas que combaten el programa mental de las corporaciones que dice que la naturaleza existe aparte de nosotros, que la naturaleza no es inteligente sino simplemente algo a explotar y utilizar.

Así que pienso que sí, que utilizar estos análogos de la ayahusca es positivo en el sentido en que pueden extender este conocimiento con una disrupción menor del ecosistema. Y diría que meollo de este conocimiento es algo que siempre me dice la ayahuasca y que puede resumirse en tres puntos: 1) Vosotros los monos no sabéis una mierda. Recordad esto siempre: sabéis bien poco. 2) Solo pensáis que estáis controlando las cosas. 3) ¡Despertad!.

Nadie está en control de nada: ni los indígenas, ni los chamanes, ni por supuesto los occidentales. Somos simplemente jugadores en este drama co-evolutivo. ¿Donde nos llevará todo esto en diez, quince, cincuenta años? Sabemos que la ayahuasca estará presente en alguna forma, pero: ¿estaremos nosotros presentes en alguna forma? [risas]

RR: Parece haber una masa crítica de gente que ha tomado ayahuasca y que este conocimiento se está extendiendo desde la contracultura a un terreno más amplio de la cultura. Y parece que la ayahuasca ha tocado las mentes de gente de todas clases, géneros y edades. Me pregunto si la ayahuasca en una píldora no derivará en un uso más recreativo o si por el contrario la propia idiosincrasia de la experiencia—de profunda conexión espiritual—no impedirá este uso recreativo.

DM: Como tu mismo dices, el propio brebaje de ayahuasca lleva implícto su uso. Es difícil tomarlo de forma recreativa porque, sabes, sus efectos no son en ningún modo divertidos [risas].

RR: Pero de alguna forma si se sintetiza la pastilla estos efectos se ven disminuidos [habla de los vómitos, de las diarreas y otros fenómenos que se dan durante la fase purgativa de la toma].

DM: Sí, se sacrifican algunos efectos, y de hecho no estoy nada seguro de que deban ser sacrificados. Pero por otra parte, en forma de pastilla esta puede extenderse más. Y odio decirlo, pero a día de hoy son las élites ricas y poderosas las que controlan el mundo, por lo que de hecho son los que deben ser conscientes de esto. No creo que esta toma de consciencia deba concentrarse en ellos exclusivamente, claro, pero sí pienso que hay que encontrar la forma en la que el mensaje de esta medicina llegue a la personas que estén en posiciones que les permitan marcar una diferencia.

RR: He oído que dentro de las clases altas hay muchas personas involucradas en la práctica chamánica que viajan por el mundo regularmente, así que parece que a este nivel se están moviendo cosas.

DM: Si, y de hecho es algo que me estimula. Pero a la vez, no quitemos ojo a la prueba del algodón. Si, pueden tener una experiencia muy profunda, pero deberíamos observar qué es lo que sucede después. ¿Cambian su conducta? ¿Cambian sus políticas? ¿Donde van a proyectar su poder, sus recursos?

¿Cuanto vale la Amazonía?. ¿Cual es su valor monetario? ¿Cómo poner precio a algo que está todavía por descubrir? Quiero decir, el precio es incalculable: estamos hablando de la supervivencia de la biosfera, así que hablar en términos monetarios no es posible. Pero aún así, reunir unos cuantos millones de dólares—que a esos niveles no son más que chatarra—que podrían poner en marcha proyectos de sostenibilidad es un proyecto tremendamente difícil, mientras que por otra parte la cantidad de recursos que se destinan a la guerra es incalculable.

RR: Quizá como has dicho la ayahuasca no sea la única respuesta, y quizá exista cierta cualidad evangélica en la gente que se inicia en su uso. Durante la revolución de los 60 todo el mundo tomaba ácido y pensaba que iba a cambiar el mundo. ¿Crees que puede estar sucediendo lo mismo, que tan solo estamos cambiando de substancia?

DM: Si, pienso que hay cierto peligro en ello, pero también pienso que estamos evolucionando, que estamos aprendiendo lentamente. Cuando el LSD hizo su aparición en la sociedad alrededor de los 60 carecíamos de un contexto para todo esto. A lo largo del tiempo, comenzamos a desarrollar uno: hemos visto un renacimiento del interés por las prácticas indígenas, así como una mayor consciencia sobre el hecho de que deberíamos estar hablando de estos temas con ellos, con los que han mantenido viva la tradición.

Pero debemos tener cuidado con el evangelismo y el fundamentalismo de cualquier tipo, ya que proporciona la oportunidad de compartimentalizar el poder a la gente sedienta del mismo: por cada persona que quiere convertirse en un líder espiritual hay legiones de personas que están deseosas de convertirse en seguidores. Y cuando uno se convierte en seguidor, suele perder sus facultades críticas, su capacidad de hacer las preguntas difíciles. Así que supongo que es importante ser capaz cuestionarlo todo, de pensar por uno mismo—un mensaje que las medicinas como la ayahuasca suelen también impartir. Quiero decir, no tienes por qué quedarte con una tradición chamánica, con una fe religiosa determinada, o ninguna de estas instituciones implementadas para que la gente pueda decir, “oh vale, me meto aquí, sigo esta práctica y no me preocupo más”. No. Debemos pensar sobre ello.

Al final el maestro es la planta; no es el chamán, ni el sacerdote, ni los directores de las empresas. Esto es lo interesante de los psiquedélicos: la relación entre las plantas maestras y el cerebro de uno se hace vis-a-vis. Quiero decir: la razón es nuestra amiga. [risas] Nuestra habilidad para hacer preguntas, para cuestionar las cosas, es nuestra amiga. Como hemos dicho anteriormente, no todo es positivo dentro del fenomeno del turismo ayahuasquero.

RR: ¿Cuales piensas que son estos aspectos negativos?

DM: Por ejemplo hay cierta propensión de los chamanes—o de la gente que se hacen pasar por chamanes—a abusar sexualmente de las mujeres. En esencia se trata de tratar de controlar a la gente en vez de abrirles la mente, de establecer dogmas, doctrinas e ideas sobre como debería pensar la gente. Rechazo todo eso: creo que lo que deberíamos aprender es a crear nuestras propias alianzas, y por lo tanto creo que el hecho de que en todo el mundo haya gente que esté tomando la iniciativa a la hora de redescubrir y aprender de las plantas es positivo.

Pero a la vez hay que ser conscientes de que hay fuerzas trabajando en otras direcciones, que tratan de apropiarse de esa dinámica. Por ejemplo, sabemos que en Brasil la ayahuasca se ha usado en estas iglesias sincréticas desde los años 30, y así las autoridades del país no tienen ningún problema con estas prácticas. Pero se da el caso de que estas instituciones religiosas ahora dicen que ese es el único uso legítimo de la planta. Así que, si quieres hacer un uso secular de la ayahuasca en Brasil—en psicoterapia por ejemplo o como curación chamánica—técnicamente no puedes hacerlo. Así tienes esta extraña situación en donde las instituciones religiosas están dictando políticas sobre drogas; y no creo que esto sea bueno. ¿Por qué debería dejar que la Iglesa del Daime o tú me digáis como debo acercarme a la ayahuasca, si es una relación individual?

RR: Parece ser que estamos viviendo una segunda ola de chamanismo a nivel global; la primera se habría dado con la gente visitando la selvay aprendiendo de los indígenas, y ahora el movimiento parece ser de vuelta a sus ciudades, a sus lugares nativos e intentar adaptar la práctica a su medio. Parece que a medida que siguen su camino van perdiendo dogmas y haciendo las cosas un poco como van saliendo. ¿Como lo ves? ¿Lo ves una actitud sana?

DM: Pienso que debemos desarrollar nuestras propias instituciones, nuestros propios procesos cognitivos de todo esto. Quiero decir, no podemos introducir prácticas chamánicas en nuestra cultura. Ya lo intentamos con las filosofías orientales, y en general no podemos hacerlo. Solo lo conseguimos tras desarrollar nuestros propios rituales chamánicos, de relacionarlas con  aspectos de nuestra sociedad que están más integrados y que permiten que el conocimiento se extienda. Así que pienso que parejo al aprendizaje con las plantas—la Globahuasca, si la quieres llamar así. Pienso que es imposible evitar del todo a las instituciones, pero debemos ser capaces de encontrar formas que funcionen  evitando el dogma y la rigidez, y no dejar que caigan en control de ninguna religión, corporación o incluso ningún grupo indígena en particular.

Mucha gente está descubriendo la ayahuasca ahora, en un proceso que Terence llamó la Revitalización de lo Arcáico—el resurgimiento de una prespectiva tribal—y eso es algo muy positivo, porque reconoce nuestra unidad con la naturaleza y nuestra dependencia para/con ella. Sin embargo, algo que me inquieta es que una vez te encuentras dentro de esta sociedad tiendes a pensar: “estamos en la cresta de la ola, estamos marcando una diferencia, vamos a salvar al mundo”. Deberíamos ser conscientes de que al 90% del mundo no tiene ni idea de esto y que además le importa una mierda. Y quizá sea esta gente la que necesite más el cambio de consciencia. No creo que sea posible cambiar al 90% de un mundo que lo único que hace es intentar ganarse la vida y sobrevivir.  Supongo que hay que centrarse en el otro 10% del mundo, en el que está en una posición de cambiar políticas.

Y sí, es un proceso experimental que nos vamos inventando sobre la marcha, del que estamos aprendiendo constantemente, con aspectos muy positivos así como con aspectos negativos. Creo que la clave de todo está en percibir lentamente, en mantener los ojos abiertos y la mente clara; en no querer ir muy deprisa, en estar dispuestos a escuchar a otra gente con más conocimiento y experiencia y tratar de respetar lo que saben e integrarla en nosotros.

Quiero decir, integrar ese tipo de conocimiento en vez de asumir que sabemos más de lo que sabemos, moviendonos hacia delante ciegamente basándonos en asunciones no comprobadas—algo que creo que es de hecho destructivo para el movimiento. La pregunta es: ¿estamos haciendo bien las cosas?. La integridad de la intención no se pone en duda, desde luego. Se trata más bien de la implementación. Como se suele decir, el demonio está en los detalles.

No es que desprecie a toda esta gente que está teniendo este tipo de experiencias y que luego las implementa a su manera—de hecho estoy impresionado por todo la creatividad que está generando a muchos niveles. Nos estamos moviendo desde un modelo de apropiación a otro de colaboración, de esfuerzo colectivo. Pero no vivimos en el vacío, y no podemos dejar de lado nuestra responsabilidad como individuos pensantes con capacidad crítica. No estoy diciendo ni de lejos que la ciencia y la razón vayan a explicarlo todo, desde luego, pero son buenos puntos de partida. Mantener la antena escéptica en funcionamiento es muy útil: filtra una cantidad importante de mierda.

Si soy afortunado me quedan unos 30 años de vida en este planeta: si no lo soy tanto, me quedará algo menos. Tengo curiosidad por saber hacia donde se moverá todo esto en diez años. ¿Será flor de un día? A medida que se avance en la crisis global, ¿la gente se olvidará de todo esto? ¿Se encontrarán soluciones? ¿O habrá tanta desesperación que la gente directamente pasará de todo?

RR: En el momento actual, la comunidad occidental parece atrapada en el modelo capitalista que toma esto como turismo recreativo o en el mejor de los casos como apertura benévola a la sabiduría de la ayahuasca. Sin embargo. ¿ves posible el moverse hacia un modelo, llamémoslo, monástico? Me refiero, hablando en términos de la mitología occidental de “La Guerra de las Galaxias”, de convertir las comunidades occidentales en una especie de campos de entrenamiento para “jedis de las plantas”—algo que llevaría más tiempo, esfuerzo y compromiso—para luego volver a nuestro mundo, digamos, con un entrenamiento más robusto.

DM: Estoy completamente de acuerdo, y desde luego es algo que no puede hacerse con un grupo de sesenta personas que vienen dos semanas. Sobre lo que dices, en cierto sentido se correría el riesgo de apropiación, de establecer un control,  sobre el grupo; pero a la vez hay que reconocer que se necesita cierta dosis de control para que estos grupos sean capaces de comprometer tiempo y esfuerzo en el estudio de este conocimiento. Supongo que sí, que la idea de un “monasterio psiquedélico” es un buen modelo. Pero no se trata simplemente de llevar las plantas maestras a la gente. Tiene que haber también un seguimiento posterior. Estos programas deberían incluir aspectos educacionales. Creo que el modelo de Luis Eduardo Luna en Brasil es un buen modelo.

RR: ¿Cual es este modelo?

DM: Grupos pequeños de gente en lugares aislados, en donde Luis trae a luminarias de varios campos, desde etnobotánica a física cuántica. Se hacen conferencias en las que se da a la gente algo que pensar. El lugar es relativamente cómodo—la comodidad no lo es todo, pero si se está en un entorno extranjero es dificil concentrarse. Pienso que es una buena propuesta, pero a la vez no es para todo el mundo: quiero decir, pasar dos semanas en Wasiwaska es caro—por lo que solo gente con dinero puede ir allí. No se cual es la solución, porque desde luego no puedes operar si un mínimo de capital. Y la cosa es que ahora, Wasiwaska opera en el underground, debido a este cambio de política sobre drogas en Brasil—si consultas la página web de Wasiwaska verás que no se dice nada de tomar ayahuasca. Pero aquellos que saben, saben que la ayahuasca estará presente: pero no pueden decirlo.

Y eso que Wasiwaska es una organización con una ética; hay muchas otras organizaciones en Brasil sin ningún tipo de ética, orientadas a la ganancia de poder, de estructura sectaria. Y supongo que, con las mejores intenciones, los gobiernos están intentando poner fin a esa situación confieriendo legitimidad a las organizaciones religiosas. Creo que eso es algo rígido. Por otra parte que los grupos religiosos alientan esa situación—porque de hecho como grupo religioso quieren ser dueños del misterio—hasta el punto de colocar a su gente en posiciones claves de poder para asegurar ese tipo de políticas.

En cierto sentido se parece al tipo de cosas que hace la derecha cristiana o el cristianismo evangélico en los EEUU—ellos se llaman a sí mismo los líderes y su agenda es, bueno, la toma de poder.

RR: ¿Ves posible que pudiera darse un futuro enteogeno-evangélico?

DM: Si, podría ocurrir, pero vaya, yo no me haría miembro. [risas] No sé, desde luego estamos viviendo en tiempos interesantes, y no puedo decir que sea positivo o negativo por completo. Es lo que suele pasar con las instituciones humanas—hay cosas muy buenas y cosas completamente despreciables: megalomania, gente sedienta de poder, ya sea en el sentido de riqueza o en el sentido de tener influencia para propagar una serie de ideas que pueden no tener ninguna validez. Y ahí es donde entra el escepticismo individual. Pero también he de decir que digo todo esto desde la prespectiva de una persona que es pre-tribal, desde la prespectiva de una persona del siglo XX—que fue el siglo del individuo. Soy un poco ajeno a todo esto del tribalismo, no lo siento así. Pero veo a mucha gente joven y creativa atraída a este tipo de cosas, así que no sé. Quizá en unos años pueda tener mejor prespectiva sobre ello.

RR: ¿Cinco años? Pensaba que ibas a referirte al 2012 [risas]

DM: No me trago nada sobre el movimiento apocalíptico de 2012. [risas]

RR: ¿Crees que es una apropiación cultural de un elemento de las cultura maya?

DM: Si, es una apropiación y una distorsión. Y es una de las cosas que pienso que es completamente enfermiza, porque alienta a la gente a no tomar responsibilidad. Ya sabes: vendrá el 2012 y habrá un gran cambio de conciencia y todo se arreglará porque sí. 2012 es simplemente una fecha, una fecha para al que faltan dos años. Piendo que el 21 de diciembre de 2012 habrá mucha excitación, que se darán en el cielo todas estas conjunciones celestiales—lo sabemos, porque está escrito en la mecánica celeste de las estrellas, ¿sabes?.

Pienso que la cosa está en el post-2012. Porque claro, lo que puede pasar el 22 de diciembre cuando nos levantemos es que, si no nos ha caído encima el asteroide o algo, sigamos teniendo superpoblación y deforestación y todas estas cosas. Creo que el 2012 alienta a mucha gente a no tomar responsabilidad: no tenemos por qué esperar a 2012, necesitamos ponernos las pilas ahora. Y en verdad sí estoy ansioso de que llegue la fecha, porque un montón de gente cuyas energías están enfocadas en ella van a tener que ponerse a hacer otra cosa. Quizá sirva encierto modo como un pequeño despertar. Quiero decir, ¿recuerdas la Convergencia Harmónica? Se supone aquello iba a cambiarlo todo. ¿Lo hizo? Personalmente no noté ninguna diferencia.

Me mantengo escéptico. Sabemos que los mayas tenían grandes conocimientos de atrología y de astronomía, no hay duda de eso. Pero lo que eso signifique para nuestra cultura es otra cosa. Lo que encuentro interesante es que la posibilidad de que los mayas hubiesen integrado a nuestra cultura en un punto de su calendario—no como el fin de los tiempos o lo que sea, sino como un nudo más de los grandes ciclos que lo componen. No tiene que haber un colapso del continuum.

RR: Pero en cierta medida eso es lo que postulaba tu hermano Terence, ¿no?

DM: Bueno, pero no estoy de acuerdo con él. Quiero decir, ¿tenía alguna evidencia aparte de la interpretación del I-Ching de la Onda Temporal?. Si me pongo con la Onda Temporal no acabo …

RR: Me gusta la idea de que la Onda Temporal tiene una cierta resonancia romántica.

DM: La tiene, pero fue presentada al público como una teoría científica. Las teorías deben ser comprobables, y no hay forma de refutar la Timewave, por lo que no se trata de una teoría científica. La forma en que funciona la ciencia es creando una teoría y después intentando refutarla de todas las formas posibles. Él no hizo eso.

RR: ¿Ha habido alguien, algún matemático, que la haya deconstruido?

DM: De hecho sí que ha habido gente, y aparecen serias dudas sobre ella. Aquí esta la trampa sobre todo esto del 2012; está basada en esta Onda Temporal, la cual debe ser ajustada a una fecha final, porque así funciona la Onda Temporal—se parte de la base de que es una espiral fractal que llega a un punto final, una singularidad. La cosa es, ¿en que punto de toda la historia la colocas? La única persona que puede interpretar la Onda Temporal—dado que  no extiste una aproximación realmente matemática, o si la había mi hermano nunca la expresó—era Terence Mckenna, así que la interpretación es suya.

Se supone que esta Onda describe el ingreso de Novedad en la cultura humana, en la historia. Bueno, de hecho sí creo en la Novedad, que sí que hay algo nuevo bajo el sol cada día. Pero, ¿como defines la Novedad? Terence hablaba de la bomba atómica como una irrupción importante de Novedad, pero, ¿cuando surgió realmente? ¿surgió cuando Albert Einstein construyó las ecuaciones?. ¿Fue cuando se produjo la primera reacción nuclear en Chicago? ¿Cuando implementaron el Proyecto Manhattan, cuando la lanzaron sobre Hiroshima?.

O coge a la LSD—la cual puede considerarse como una suerte de bomba atómica para la mente humana. ¿Pero cuando ingresó realmente en la historia?. Realmente la gente ha conocido las propiedades de estas semillas de Morning Glory [LSA] durante siglos. El ergot también se conocía antes de que Albert Hoffman sintetizara la LSD en 1949 y la dejara en un estante durante 5 años. ¿Fue la síntesis el ingreso en la historia? ¿O fue cuando años después se intoxicó accidentalmente con ella? ¿O fue cuando Timothy Leary la distribuyó de forma masiva? La Novedad no ingresa en forma de eventos puntuales en la historia, sino que se difumina en ella.

RR: En una relación onda/partícula sería más bien una onda.

DM: Exacto, no puedes aislarla excepto en raros casos. Generalmente es algo que se manifesta a través del tiempo, no de forma abrupta. Es algo que se va sosteniendo. El cristianismo es otro ejemplo. La venida de Cristo, la crucifixión, la resurrección y otros elementos que el cristianismo toma como hechos históricos no se consideraron importantes hasta un milenio después de que ocurrieran.

RR: Otra de las ideas que giran en torno a la Onda Temporal es la de que las cosas se están acelerando, que vamos exponencialmente hacia un crecimiento de Novedad, hacia una Singularidad. Mucha gente ajena a la Onda Temporal ha llegado a conclusiones similares, diciendo que el tiempo se está acelerando. ¿Crees que esto es así o que se trata simplemente del estrés de la sociedad occidental?

DM: Bueno, no creo que el tiempo en sí se esté acelerando, sino el ritmo de la cultura occidental. Y sí, pienso que nos aproximamos a algún tipo de Singularidad. No creo que podamos ponerle una fecha, pero pienso que la expansión de estas tecnologías de la información por el planeta o el incremento de las capacidades computacionales van a traer este cambio. Por definición, la Singularidad es algo que excede a nuestra capacidad de comprensión, por lo que es muy dificil decir como será esta Singularidad. Paradojicamente creo más en una Singularidad tecnológica que en una espiritual.

RR: ¿Puede ser que pueden ir corriendo paralelas?

DM: Si, y lo que puede pasar es que se estén influyendo la una a la otra y que se fundan en algún punto, no lo sé. Por ejemplo, si la tecnología de Realidad Virtual se desarrollan hasta el punto en que puedas elegir pasar la mayor parte de tu tiempo ahí dentro—y no digo que sea algo bueno—todo cambiará radicalmente. ¿Que pasará cuando se pueda descargar tu consciencia a una matriz de inteligencia artificial?

RR: ¿Crees que pueden afectar a los dominios chamánicos, a los reinos espirituales?

DM: Bueno, obviamente tienen un impacto allí—y quizá la gente metida en el chamanismo lo que está es preparándose para habitar en este tipo de mundo. Si hablas con alguien de mi generación y le propones tener un implante en el cerebro que te diera acceso a toda la información del planeta, la mayoría de la gente se echaría atrás. Pero en las generaciones más jovenes están diciendo: ¿cuando me lo vas a enchufar?

RR: Quizá podrímos tener un implante cerebral que segregue DMT para poder navegar de forma más eficiente.

DM: Bueno, de hecho ya lo tenemos—pero no puedes estar todo el día colocado de DMT: Quiero decir, todavía me gusta abrir latas de atún o leer alguna página de Flaubert [risas]. No creo que vayamos a “salvar el mundo” si todo el mundo anda colocado. Es dificil vivir en el mundo real y en el espiritual a la vez. Supongo que hay que ir allí, aprender lo posible y luego volver a implementar el conocimiento. Somos motores bioquímicos, somos carne. Así que tenemos limitaciones, claro. Igual en 20 años podemos transferir nuestra consciencia a una entidad no limitada por el espacio y tiempo. Estoy de acuerdo con esto, pero será una transición dura. Porque claro, ¿quien va a ser capaz de hacer esto? ¿Se hará de acuerdo con el poder que tengas, con tu riqueza?. Así que seguramente veamos una bifurcación en la cultura: habrá gente que pasará el día metido en la realidad virtual y otro grueso que se quedará en la tierra, llevando una existencia desnuda con lo que se haya dejado atrás.

RR: Han pasado 10 años desde que Terence nos dejó. ¿Que crees que pensaría de la cultura que tenemos ahora?

DM: Supongo que no estaría muy sorprendido. sus ideas realmente estaban adelantadas a su tiempo. A mediados de los 90 él ya estaba viendo venir todo este tipo de cosas, así que seguramente diría lo que decía siempre: que las cosas que están pasando son exactamente como deben estar, así que en cierto sentido hay que relajarse. No en el sentido de dejar de lado el esfuerzo, sino más bien en darse cuenta de que los monos no estamos a cargo del show, que tan solo somos jugadores en este proceso co-evolutivo que abarca miles de años. Esta es una limitación del ser humano. Pensamos que 50 o 100 años son mucho tiempo, pero en tiempo evolutivo no son más que destellos. Necesitamos recordar que sí, es priviligiado estar viviendo estos tiempos, pero que tan solo hemos visto pequeñas diapositivas del proceso global. Así que no sabemos bien a donde nos lleva, qué lo está controlando o si en realidad lo está controlando alguien. Quizá sea un proceso que se está auto-organizando. Quiero decir, creo en la mente Gaiana, pero no creo que se parezca en nada a la nuestra: es más grande que el espacio y el tiempo.

Esta es la limitación de la ciencia: es muy buena comprendiendo los detalles, porciones muy pequeñas del mundo. Pero es más dificil poner esto en un marco más grande. Quiero decir, golpeamos una joya contra la pared y obtenemos una gran cantidad de fragmentos. ¿Como la volvemos a recomponer? ¿Como montamos el puzzle?. Esto es, de hecho, el Santo Grial de la física: la teoría unificada, la teoría del todo. No estoy seguro de que podamos conseguirlo, pero esto no quiero decir que debemos parar de intentarlo.

Supongo que en esta cultura que se está haciendo cada vez más global debemos avanzar con cada vez más dosis de compasión y consciencia.

RR: Así que todo parece ir según el plan …

DM: Sí, pero la cosa es que no sabemos cual es el plan. [risas]

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Comentarios (1)

 

  1. [...] (…) no creo que el tiempo en sí se esté acelerando, sino el ritmo de la cultura occidental. Y sí, pienso que nos aproximamos a algún tipo de Singularidad. No creo que podamos ponerle una fecha, pero pienso que la expansión de estas tecnologías de la información por el planeta o el incremento de las capacidades computacionales van a traer este cambio. Por definición, la Singularidad es algo que excede a nuestra capacidad de comprensión, por lo que es muy dificil decir como será esta Singularidad. (…) si la tecnología de Realidad Virtual se desarrolla hasta el punto en que puedas elegir pasar la mayor parte de tu tiempo ahí dentro—y no digo que sea algo bueno—todo cambiará radicalmente. ¿Que pasará cuando se pueda descargar tu consciencia a una matriz de inteligencia artificial? (…) quizá la gente metida en el chamanismo lo que está es preparándose para habitar en este tipo de mundo. Si hablas con alguien de mi generación y le propones tener un implante en el cerebro que te diera acceso a toda la información del planeta, la mayoría de la gente se echaría atrás. Pero en las generaciones más jovenes están diciendo: ¿cuando me lo vas a enchufar? (…) Igual en 20 años podemos transferir nuestra consciencia a una entidad no limitada por el espacio y tiempo. Estoy de acuerdo con esto, pero será una transición dura. Porque claro, ¿quien va a ser capaz de hacer esto? ¿Se hará de acuerdo con el poder que tengas, con tu riqueza?. Así que seguramente veamos una bifurcación en la cultura: habrá gente que pasará el día metido en la realidad virtual y otro grueso que se quedará en la tierra, llevando una existencia desnuda con lo que se haya dejado atrás. —Dennis Mckenna en esta entrevista [...]

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