Pink Floyd, Pompeya y lo Transpersonal
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El objetivo de este post es compartir con ustedes esta idea que me surgió esta tarde referente a la obra de Pink Floyd “Live at Pompeii” y la corriente de pensamiento de psicología transpersonal.
Anteriormente había hecho un análisis de la misma obra pero más referido a lo épico y mitológico, un viaje cuya visión hace más referencias al macrocosmos.
En el presente post el análisis toma como sustento una visión mucho más ligada al microcosmos, de mayor introspección, y consideré que ambos pueden brindar distintos aspectos de esta sublime pieza de rock.
Partiendo del concepto que el ámbito transpersonal es el entorno en el que existe la Conciencia Universal, la cual posee la cualidad de eventualmente reflejarse en Conciencias Individuales que mantienen el nexo y la esencia del Todo.
La psicología transpersonal nos brinda un excelente marco teórico que logra subsanar las parcialidades del psicoanálisis freudiano y el modelo de arquetipo e inconsciente colectivo jungiano. En la misma las estructuras perinatales brindan al sujeto en cuestión la posibilidad de revivir y comprender a posterioriel drama universal que conlleva el proceso de nacimiento, muerte y resurrección, entendido como proceso evolutivo y de existencia. Asimismo brinda las herramientas necesarias para comprender en muchos casos el propósito de la existencia como el por qué o sentido de la misma y cuál es el rol adjudicado.
Usualmente el mecanismo para que una Conciencia Individual acceda a dicho ámbito es necesario el concurso de instrumentos que logren alterar la conciencia, en un proceso análogo al drama universal (nacimiento, muerte y resurrección del Ego), los cuales son variados y abarcan el uso de sustancias, las prácticas místicas y el arte. Pink Floyd, como banda de rock que bebió del manantial de la psicodelia el cual permitió a toda una generación explorar esos ámbitos, los cuales prácticamente se habían convertido en desconocidos cuando los mismos habían acompañado al hombre desde que adquirió su condición de tal. Incluso se cree que la misma condición de humanidad fue posible gracias a su auxilio.
La obra de Floyd está plagada de estas reflexiones, conceptos, exploraciones, etc. que en los ‘60-’70 realizaron miles de personas que osaron cartografiar el terreno de las profundidades de la mente y del alma de los seres humanos, logrando los primeros pasos en el desarrollo de una nueva cosmovisión mucho más clarificadora que las que hasta el momento habían surgido.
Live at Pompeii a través del estímulo sonoro-visual (por algo es una película) tiene como misión el recrear el drama universal mencionado anteriormente y servir de guía u hoja de ruta tanto para el viajero psíquico como para el resto de los mortales.
En la misma se perciben con claridad las Matrices Perinatales Básicas (MPB) que Stanislav Grof describe en su libro “La mente Holotrópica”.
A continuación se verá un paralelo entre la obra de Floyd mencionada y este concepto revolucionario en el estudio de la psiquis humana.
Matriz Perinatal Básica I:
Correspondiente a los 9 meses de gestación del ser humano, en esta etapa el desarrollo de lo físico como unidad experimentará “identificaciones cósmicas” y/o una unidad mística con todas las cosas, cosa que es posible gracias a la conexión con el “Tejido de la Conciencia”. En la primer parte de Echoes se denota ese estadío cósmico, de un viaje que recién se inicia, desde el impulso más simple de la concepción: las notas del piano de Wright mientras la cámara avanza lentamente y la complejidad del viaje se hace notoria con mayor intensidad. La empatía absoluta con el todo es evidente en “I’m and you and what I see is me” y las estrofas siguientes son una perfecta descripción de la contemplación del drama cósmico que se inicia.
Matriz Perinatal Básica II:
Los diversos estímulos que esa nueva conciencia en desarrollo comienzan a condicionar el futuro de la misma tanto en sus aspectos negativos como positivos. Tanto la experiencia de este nuevo ser como las experiencias de la figura maternal -la música en el caso de Floyd- permean este viaje en el cual comienzan las señales de que la lucha entre la vida y la muerte se ha iniciado. “Careful with that axe…” describe esa ansiedad, esa pulsión, vivenciando momento de caos, de confusión y por qué no de desesperación (los alaridos nerviosos de Waters).
El Ego se disuelve en una dualidad agonía y éxtasis que continúa en “A saucerful of Secrets” y este ciclo se completa con la metáfora de fin del viejo ser en los acordes celestiales al final del tema. De forma similar la banda retoma la idea en “The Great Gig in the sky” en Dark Side, pudiéndose apreciar no sólo la tragedia de la muerte sino también la esperanza de un nuevo devenir. Esa figura de esperanza, de renovación, de eterno retorno continúa en “Set the Controls…” y la Conciencia adquiere una individual y una capacidad de asumir su finitud teniendo en cuenta que “one inch of love is one inch of shadow” pero que es necesario para dejar que haya más luz, parafraseando al primer tema del segundo álbum de Floyd, “Let there be more light”, verdadero Big Bang en el viaje de instrospección psíquica.
Matriz Perinatal III:
Correspondiente a los labores de parto, esa transición por el canal uterino en donde la lucha por sobrevivir es crucial se inicia con los aullidos de “Madmoiselle Nobs”, casualmente un mamífero al igual que el ser humano. Si el perro suena de momento algo desafinado es porque la incertidumbre respecto a este “nacimiento” es alta, pero se comprende como parte de un proceso natural y necesario.
Matriz Perinatal IV:
Corresponde al alumbramiento y posterior desenvolvimiento por sí mismo del nuevo ser que ha nacido. “Echoes” comienza con riffs acelerados describiendo incluso la primer apertura de la vista, tanto a nivel físico como psíquico/espiritual en frases como “No one makes me close my eyes” como el primer llanto, el primer signo de comunicación del nuevo ser que “te llama a través del Espacio”.
Stanislav Grof
Finalmente, la nueva Conciencia Individual ha surgido, el Niño de las Estrellas. De forma similar al final de “2001: Odisea del Espacio” de Stanley Kubrick, una de tantas causalidades de los paralelismos entre ambas obras, en especial a lo referente a Echoes. Como referencia les dejo otro post al respecto.
Para finalizar cabe destacar que antiguamente las culturas han tenido diversos mecanismos para que el ser humano pueda comprender cuáles fueron los eventos que determinaron su existencia y pueda tener conocimiento acerca de los diversos ciclos del devenir. Hay mucha más tela para cortar al respecto y mucho más por explorar los “laberintos” submarinos de la mente y del espíritu.
Finalmente, la nueva Conciencia Individual ha surgido, el Niño de las Estrellas. De forma similar al final de “2001: Odisea del Espacio” de Stanley Kubrick, una de tantas causalidades de los paralelismos entre ambas obras, en especial a lo referente a Echoes. Como referencia les dejo otro post al respecto.
Para finalizar cabe destacar que antiguamente las culturas han tenido diversos mecanismos para que el ser humano pueda comprender cuáles fueron los eventos que determinaron su existencia y pueda tener conocimiento acerca de los diversos ciclos del devenir. Hay mucha más tela para cortar al respecto y mucho más por explorar los “laberintos” submarinos de la mente y del espíritu.
Fuente: LORDSKULL, vía Taringa.net
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